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Convivir con la ansiedad y la depresión II
Por Diego Guerrero - Psicología - 2 septiembre, 2014
El día después…el principio del fin o un nuevo comienzo
¿Y ahora qué?, mi mente es un torbellino, estoy asustado, tengo miedo, mucho miedo, pienso con toda la certeza de que soy capaz que voy a morir en cualquier momento, víctima de un ataque cardiaco, una embolia, un aneurisma, que se yo…cualquier cosa.
Sufro, sufro como nunca había sufrido, no soy capaz de imaginar peor tortura que mi mente desatada, mis pensamientos más negativos, mis miedos más íntimos, todos a la vez, a una velocidad vertiginosa, tengo que esforzarme para parar, para frenar mi mente enloquecida.
El tiempo se detiene, ¿qué está ocurriendo?, no lo comprendo, estoy realmente enfermo, lo sé, los médicos se equivocaron, esto no puede ser solo ansiedad, no es posible, la opresión en el pecho me aplasta, siento como si una aguja de coser me atravesara, respiro de forma atropellada, mi corazón a punto de estallar, tiemblo, tiemblo de pura tensión.
Tengo que volver al médico, quizá llame a urgencias de nuevo, no, espera, aquí, a un paso hay un centro donde podrán atenderme, pero, no puedo, no puedo moverme, tengo miedo, esto no puede estar pasando.
Salgo a la calle, todo me da vueltas, me siento sin fuerza, no está lejos, sin embargo, parece una proeza imposible, no seré capaz, no voy a llegar, la gente me mira, saben que algo ocurre, no me gusta, quiero volver a casa….
….Aquí estoy, lo logré, no sé cómo, pero lo hice, sentado en una sala de espera, una cualquiera, limpia pero abarrotada, con ese olor característico, ya saben, mi mente divaga, aquí y allá, sin perder de vista mis sensaciones, ni mis pensamientos de muerte
El tiempo pasa, cada vez me siento peor, no tenía que haber venido solo, que me está pasando, nervios dicen, ataque de pánico, crisis de ansiedad, palabras vacías para mí, que significan, que está todo en mi mente, no me lo creo, imposible, ¿Cómo?. Acaso no siento lo que siento, y mis síntomas… son una invención.
Ya estoy dentro, cuarenta minutos esperando que bien parecen días, “Buenos días Doctor”, parece una persona agradable, fíjese lo que me ocurrió ayer, me enviaron a casa, todo estaba bien, pero, sigo con síntomas, mi cabeza va a estallar, me resulta violento contarle… pensará que estoy loco, loco de remate.
Conforme le relataba lo ocurrido me di cuenta de que no parecía asustarse, no se inmutaba, acaso no era consciente de la gravedad del caso!!!, “Doctor, me encuentro muy mal, siento presión en el pecho, dolor en el brazo, mi corazón late desbocado” No, no consumo drogas, ni alcohol, ni tan siquiera fumo, de acuerdo, mi alimentación no es la mejor, pero…
“Vamos a echar un ojo, siéntese aquí y quítese la camisa”, “túmbese”, … … … tic tac, tic tac, no hay nada fuera de los parámetros normales, tensión bien, pulso bien aunque algo acelerado, auscultación perfecta, electro sin incidencias, entonces “¿Qué me pasa Doctor?”
Ahora lo veo de otra manera, está interesado, empatiza con mi situación, quiere realmente ayudarme y sin embargo, no puede, no tengo nada… “haremos una analítica completa y veremos”… coincide con el diagnóstico anterior, ansiedad, nervios, no pasa nada, es muy común en estos tiempos, tómalo con calma, tus síntomas pasarán, dice, vuelve en una semana, mientras tanto me receta una caja de ansiolíticos, se acabo mi tiempo.
Estoy más tranquilo, quizá tengan razón y sea solo ansiedad, algo menor, pasajero, no tengo nada, he podido verlo con mis propios ojos, como van a equivocarse varios médicos diferentes, o tal vez sí, todo es posible, no sería la primera vez…
Es preciso usar la lógica, si, la lógica y el sentido común, sin embargo es muy muy difícil hacerlo cuando nos encontramos en una situación como esta, nada nos convence, o al menos no por mucho tiempo y aun así, debemos terner claro que descartadas otras patologías, sabemos, aunque no seamos capaces de creeerlo aún, que en realidad no tenemos nada físico, todo está en nuestra mente.
El paso más importante del ciclo de la ansiedad es el momento en que empezamos, muy poco a poco al principio y con mayor facilidad conforme pasan los días, a darle crédito a la evidencia, a las múltiples pruebas, las opiniones de los distintos médicos a los que hemos visitado. Ese y no otro es el instante, el punto de inflexión en el que empieza en realidad el largo camino que nos lleva a la curación, a la libertad, a recuperar nuestra vida y nuestros sueños.
Es imprescindible empezar a trabajar desde el minuto cero, si, lo sé, parece imposible, y por eso precisamente, es necesario, tanto como respirar, cuanto más tiempo pasemos dentro del círculo vicioso de la ansiedad, más nos costará salir de él.
Se trata de un formidable adversario, pero no invencible, eso nunca, a lo largo de estas páginas aprenderemos a conocerlo, a tratar con él y a convivir a su lado, desde el primer envite, hasta que llegado el momento desaparezca. Adelante.
JUNTOS PODEMOS!!!
Convivir con la ansiedad y la depresión
Por Diego Guerrero - Psicología - 30 julio, 2014
Hoja de ruta para familiares y amigos
Por dónde empezar, son tantas las cosas por decir, tantas las publicaciones en prensa, radio, televisión; programas divulgativos, libros de autoayuda, asociaciones y demás organizaciones dedicadas a la comprensión y tratamiento de estos trastornos, que uno se ve inmerso en un mar de información donde “pescar” la que pueda encajar con aquello que sucede en su entorno.
No es fácil, nada fácil, comprender, siquiera a veces empatizar con ese familiar, padre, hijo, esposa, hermano, o simplemente amigo que se encuentra en esta situación, por qué, es bueno saberlo desde el principio, es lo que es, una lucha feroz contra el peor enemigo que se puede tener, un enemigo que te conoce bien, sabe cuáles son tus debilidades y miedos más íntimos. UNO MISMO!!!
Tal vez te preguntes, bien, estoy ante otro texto más, en que se diferencia de tantos otros, por qué debería leerlo, que puede aportarme, tanto como persona que sufre un trastorno de ansiedad, una depresión o como familiar.
Efectivamente, puede que sea otro texto más, pero, si algo he aprendido en estos años conviviendo con este problema es que siempre siempre siempre es posible sacar una conclusión de todo aquello que he leído, y precisamente esas conclusiones, esos “clic” mentales, son los que me han permitido y me permiten comprender mejor la situación, reestructurar poquito a poco mi mente para avanzar un paso más cada día y para ser consciente de que si un día doy dos pasos atrás, al siguiente o tal vez al otro, volveré a avanzar.
Y ¿Quién soy yo?, en realidad no soy nadie, acaso importa, no soy un gran escritor, ni un doctor en la materia, no tengo títulos ni publicaciones que me avalen, no hablo en la radio ni salgo en la prensa, soy uno más en la trinchera, uno de los miles que se ha visto envuelto y vive día a día la ansiedad y la depresión.
He visto las dos caras de la moneda, durante años, he sido familiar de personas que sufrían, me he visto, con la madurez que da el tiempo, infravalorando su sufrimiento, desde mi ahora humillante incomprensión, que osada es la vida, que permite juzgar lo que se desconoce.
Creí con los años llegar a conocer el demonio que les atormentaba, me documenté, participe en organizaciones que trataban con este tipo de patologías, incluso una parte de mis estudios, están directamente relacionados con el origen de todo; La mente, poderosa herramienta, para lo bueno y para lo malo.
Que iluso fui, por mucho que uno estudie o trate con afectados, les escuche e intente empatizar, no fue posible, al menos humildemente no logré comprender en toda su extensión aquello de lo que estamos hablando.
Y un día, un día en que volvía del trabajo, tras una semana especialmente dura, de repente lo comprendí, lo comprendí en toda su magnitud, en primera persona, lo fui entendiendo conforme acudía asustado al servicio de urgencias de un hospital, presa del pánico, convencido de que estaba sufriendo un infarto, creyendo firmemente que me moría, cuantas cosas pasaron por mi mente y que despacio, cuan largos se hicieron los minutos.
Una vez allí, con esa sensación de despersonalización tantas veces descrita, me vi explicando en admisión lo que me ocurría, el hecho de que me pasaran inmediatamente al interior, no ayudo a calmar mis pensamientos más temidos y “sucedió”, en la cama del box de urgencias, mientras el personal médico hacía lo suyo, lo que sabe, con la práctica que da el oficio, tuve un ataque de pánico, en toda regla y extensión, de libro vamos; Mareo, opresión en el pecho, taquicardia, sudores fríos, tensión muscular extrema, temblores…miedo, miedo absoluto, jamás experimente tal sensación de terror.
Dicen que el cerebro, para protegernos “olvida” paulatinamente aquellos hechos traumáticos ocurridos en nuestra vida, sin embargo, puedo recordar como si lo estuviera viviendo ahora mismo, cada minuto, cada segundo, puedo recordar cómo me tumbaban con cierto ímpetu sobre la camilla y me introducían una pastilla bajo la lengua, al mismo tiempo que una enfermera curtida colocaba electrodos sobre mi pecho y otra me cogía una vía en el brazo derecho, dejándola puesta tras sacarme dos tubos de sangre.
Inmediatamente descartaron cualquier patología cardiaca y fui derivado a otra estancia donde calmarme con el efecto de la sedación y esperar la analítica de urgencia que definitivamente descartaría mi mayor temor.
En la hora y media en que estuve allí, me visitaron casi todos los familiares que estaban en la ciudad, con su mejor intención sin duda, pero mi mente empezó a trabajar, como nunca debió hacerlo, pensando que algo fallaba, que no me querían decir lo que ocurría y que tal vez, si me estuviera muriendo, o algo peor.
Una vez con los análisis en la mano, libre al parecer de peligro, fui dado de alta, quizá incrédulo, pero el diagnostico era claro, por escrito “crisis de ansiedad”, seguimiento ambulatorio.
Agotado y confundido, varias horas más tarde del comienzo de mi particular pesadilla, me encontraba ya en la cama, en la mía propia, algo asustado, pero vivo, un sinfín de pensamientos acudían a mi mente, un torbellino acelerado que me impedía conciliar el sueño, pero este llego, como no podía ser de otro modo tras las emociones vividas.
La mañana siguiente, fue dura, muy dura, me encontraba solo en casa, muy solo, no solo físicamente, algo no iba bien, sentía punzadas en el pecho, opresión y temor, el mero hecho de hacerme consciente de ello aumentaba mis sensaciones, tome un tranquilizante, el sueño me encontró y descanse unas horas, para despertarme y a continuación encontrarme de nuevo con los mismos síntomas.
Ese mismo día, acudí a visitar un médico de familia, el más cercano a mi domicilio, tuve una suerte enorme, dí con una gran persona, al que pasados los años puedo llamar amigo, supo escucharme y trato de confortarme, me aconsejo que atajara la situación ayudándome de la medicación apropiada y el apoyo psicológico preciso.
La medicación, que dilema, he dicho ya que me desagrada profundamente tomar cualquier clase de medicación…, pero, en esta situación en la que me encontraba, que podía hacer, vi que mis propios recursos no eran suficientes, mi temor era inimaginable, mi temor a otra crisis, a las sensaciones que padecía, a que me ocurriera algo horrible…
Estuve al menos un día, sentado frente a las cajas de medicación, maldiciendo mi suerte, esperando tal vez, la cura espontánea, tratando de buscar la lógica en mis pensamientos irracionales, la mente volaba y el miedo, el miedo dominaba.
Desde entonces he seguido terapia, he acudido a psicólogos y psiquiatras, también a otros especialistas médicos, con la intención de que descartaran o no la presencia de enfermedades que pudieran ser causantes de mis síntomas.
Sin embargo, sus pruebas nunca han sido suficientes o al menos no durante mucho tiempo, puesto que las molestias y los síntomas seguían allí, con mayor o menor intensidad, pero presentes. El trabajo es otro, no tanto de fuera a dentro como de dentro a fuera y en esto último se fundamenta este texto.
Un día, uno como cualquier otro, te das cuenta de lo irracional de tus pensamientos comprendes la obviedad que supone que un tranquilizante no cura una embolia ni un infarto ni ninguna otra cosa, que encerrarte en tu casa no te va a salvaguardar de todo mal, que la vida es un regalo y es preciso aprovechar cada día, vivir el presente.
Qué bonito verdad, maravilloso, pero a esa conclusión, es posible llegar en un “día bueno” y al principio esos días son muy escasos, el camino para dejar atrás esta carga es largo y arduo, pero, sabéis que es lo mejor, ES POSIBLE, si, posible, la ansiedad y la depresión pueden superarse totalmente, hasta no ser más que un amargo recuerdo, una experiencia pasada, difusa incluso, que, aunque no lo veáis en este momento puede resultar incluso enriquecedora.
Como en casi todos los trastornos, patologías y enfermedades varias, la ciencia se centra en tratar al enfermo, con el objetivo de lograr su curación, ¿Qué otra cosa se podría hacer? ¿Acaso no es lo ideal?
Sin embargo, generalmente nos olvidamos de un componente fundamental, vital tanto para lograr la remisión de la enfermedad como las posibles recaídas; Los familiares, amigos y allegados del enfermo.
No solo es preciso tenerlos en cuenta como parte de la solución, sino como afectados directos, que a su vez precisan comprender lo que sucede, necesitan saber cómo actuar, como no hacerlo y a su vez el apoyo y la consideración de la que hasta la fecha apenas disfrutan.
Deben conocer su papel en esta historia y es un papel protagonista, a su vez deben contar con los recursos apropiados, tanto para estar en situación de ayudar y apoyar a quien lo necesita como para sostenerse ellos mismos.
Desgraciadamente, no es mucha la literatura que se dedica a ello en profundidad, sin embargo su situación llevada al extremo, no solo esta descrita en los manuales de Psicología sino que tienen el “honor” de disponer de su propia patología, llamada “síndrome del cuidador”.
Es pues, quizá un proyecto ambicioso que estas líneas puedan servir de guía o más bien de “línea de vida” para todos aquellos que se encuentran en esta situación, tanto enfermos como los que les rodean, ambos deben ser capaces de ponerse en la piel del otro y actuar en consecuencia.
Es esta también una vía de curación, una de importancia capital, disfrutar del apoyo sincero de las personas a las que quieres y que te quieren, saber por un lado que comprenden tu pesar y por otro que se valora enormemente su devoción incondicional, sin duda hará mella y para bien en el estado anímico de ambos.
El camino es largo, se ha repetido en estas líneas en varias ocasiones, pero merece la pena echar a andar, hay altibajos, recaídas, pero también momentos maravillosos, de felicidad, de superación, lo sé bien, lo vivo día a día, pero. ¿Sabéis una cosa?
JUNTOS PODEMOS!!!
Redes sociales y su influencia en el mundo Off-Line
Por Diego Guerrero - Psicología, Redes Sociales - 8 agosto, 2012
A nadie escapa que el fenómeno de las denominadas “redes sociales”, ha trascendido en poco tiempo los límites de Internet, para estar presente y además de manera decisiva en los acontecimientos acaecidos en el mundo real, no es preciso volver la mirada muy atrás en el tiempo para ser conscientes de su influencia, basta con ver cualquier telediario para notarlo.
Recientemente, en el caso de España, se cumplió el aniversario del comienzo del movimiento 15-M, que en su día materializó la influencia social de las comunicaciones on-line y la web 2.0, en las que se planteaban debates, se proponían acciones, en forma de manifestaciones, concentraciones o convocatorias y que sobre todo permitían una fluidez y velocidad hasta la fecha nunca vista en el tránsito de información actualizada, desde dentro mismo de los puntos más calientes como podía ser la Puerta del Sol.
De este modo, se tornaron eje fundamental sobre el que vertebrar todo un fenómeno social jamás visto anteriormente, tanto en España como en otros países, con especial relevancia en aquellos vinculados al movimiento conocido como “Primavera Árabe” generalmente encabezados por un sector poblacional eminentemente joven, entre los 15 y 35 años a los que podemos denominar “Nativos Digitales”.
“Se conoce como nativos digitales a todos aquellos que nacieron durante el desarrollo de las tecnologías digitales, generaciones rodeadas de un entorno plagado de gadgets y servicios electrónicos de todas clases; móviles, internet, tablets, video consolas, telefonía IP, Skype, Facebook…”
Redes Sociales, huella psicológico-social
Internet se ha convertido en una herramienta básica, sirviéndose de ella es posible publicar o localizar cualquier clase de información casi instantáneamente, perfilándose por encima de todo como la mayor herramienta de comunicación a nuestro alcance, la red de redes no tiene fronteras, ni entiende de Estados, corrientes políticas o censura alguna, por mucho que se ha procurado lo contrario.
Resulta un medio seguro, muy difícil, si no imposible de controlar, permitiendo no solo una sensación de absoluta libertad, si no cierto anonimato en el que es posible ampararse, abanderando la libertad de expresión.
Internet de hecho, forma ya parte de nuestras vidas, aunque no lo creamos y, ha venido para quedarse, a día de hoy uno de sus servicios más demandados y conocidos son las Redes Sociales, pero ¿Qué es exactamente una red social?
Contestar a esta pregunta no entraña demasiada dificultad, el ser humano por naturaleza es una animal social, y como tal siente la necesidad de relacionarse con otros seres humanos, es algo que está grabado en nuestra herencia genética y que forma parte de nuestra personalidad, y, por tanto, fundamental en el desarrollo como especie.
Siendo así, no debe sorprender el éxito que han alcanzado de un tiempo a esta parte las denominadas redes sociales y otros servicios web 2.0
“Podría decirse que una Red Social en Internet es, básicamente una página web que ofrece servicios y funcionalidades de comunicación diversas, con el objetivo de mantener en contacto a sus usuarios, independientemente del tiempo y del lugar en el que se encuentren”
Estos servicios, suelen basarse en una plataforma especial, que integra numerosas funciones de comunicación en un mismo lugar; blogs, chats, wikis, mensajería… proporcionando al usuario una potente herramienta de comunicación, de la que pueden participar millones de personas al mismo tiempo y desde cualquier parte del mundo.
Por tanto, las redes sociales permiten conocer a otras personas con inquietudes similares, compartir pensamientos, fotos, vídeos e intereses comunes, siendo la clave fundamental de su éxito la sencillez de manejo y la posibilidad de comunicarse en cualquier momento y desde casi cualquier clase de dispositivo a un coste muy reducido.
Si nos remitimos a los informes presentados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) respecto a la penetración de las nuevas tecnologías en la sociedad española, podremos comprobar como una mayoría, con independencia de la edad, sabe lo que es Internet y lo utiliza de forma asidua. (Ilustración 1)
El gráfico anterior, permite realizar un seguimiento respecto a los últimos seis años en lo que se refiere al uso de Internet por parte de particulares, como se puede apreciar, el índice de penetración es muy alto, sin discriminar entre edades ni categorías sociales, al menos en el caso Español.
Resulta necesario, para valorar el impacto de las redes sociales sobre la sociedad, conocer aún de forma aproximada el número de usuarios reales con los que cuentan las distintas redes sociales. (Ilustración 2)
Las cifras hablan por si mismas, y su crecimiento es exponencial. Por ejemplo, a día de hoy Facebook cuenta con más de 850 millones de usuarios y al menos la mitad de ellos se conectan diariamente, es decir, más de 400 millones de personas interactuando, compartiendo sus vivencias, fotos, vídeos e inquietudes con el resto de la comunidad.
Se trata de una situación sin precedentes que sin lugar a dudas tiene un efecto sobre la socialización de la población al que denomino como “Huella Psicológico-Social”, pudiéndose definir como:
“Impacto de las Redes Sociales y las nuevas tecnologías en la socialización de individuo y su relación con el desarrollo, trastornos y desórdenes cognitivo-conductuales”
El uso frecuente de las TIC en general y de las Redes Sociales en particular, supone una sobre exposición estimular que puede resultar abrumadora para muchos, degenerando en algunos casos en detonante de toda clase de psicopatologías, fundamentalmente de tipo ansioso y fóbico.
Por otro lado la necesidad autoimpuesta de crear y alimentar un “YO VIRTUAL” puede fácilmente alejar al individuo de la realidad e iniciar un proceso desocializador que culmine con el aislamiento total, convirtiéndose en lo que muchos psicólogos japoneses denominan “Hikikomori”.
Un Hikikomori es un adulto joven que voluntariamente se recluye en su domicilio o incluso en su habitación si aún convive dentro del núcleo familiar, reduciendo al mínimo el contacto real/físico con cualquier otra persona y el exterior. Esto no significa que no interactúen con terceros, todo lo contrario, lo que sucede es que les resulta más sencillo moverse en el mundo virtual, donde se sienten seguros y libres de ataduras que en el mundo real.
En el caso nipón, esta situación se debe fundamentalmente a sus propias características culturales, sumamente exigentes con el individuo y lo que de él se espera para con la sociedad, es tanta la presión que para muchos llega a ser insoportable, de hecho, la tasa de suicidios en Japón es de las más elevadas a nivel mundial.
En España, más que elementos desmotivadores, podemos hacer referencia a patologías adictivas y trastornos obsesivo compulsivos derivados de las mismas. (IAD, acrónimo anglosajón cuya traducción al castellano es Síndrome de Adicción a Internet)
Por supuesto no todo es negativo, al contrario, para una gran mayoría la progresiva entrada en los hogares de las tecnologías de la información, el uso de Internet, Redes Sociales y servicios Web 2.0, han supuesto un complemento en la manera de relacionarse con otras personas, es más, para las generaciones denominadas de “Nativos digitales” es una parte imprescindible de su desarrollo personal, sin la que no podrían integrarse en el tejido social que les rodea con éxito.
Por ello el desarrollo de habilidades y la adquisición de destrezas necesarias para desenvolverse con éxito en esta nueva e inigualable situación es una necesidad de la que debemos ser conscientes, fomentando y motivando al individuo, desde las primeras etapas de su desarrollo en el uso y aprovechamiento adecuado de aquello que la tecnología actual ha puesto en sus manos.
Muchos adultos, sobre todo a partir de cierta edad, se muestran reticentes en lo referente a las TIC, salvo en aquello que les resulte imprescindible. Esta es una situación, conocida como «Brecha Digital» que necesariamente cambiará de forma progresiva, puesto que se quiera o no, todo aquello que rodea al ser humano va en una misma dirección, donde cada vez están más presentes las nuevas tecnologías en todos los ámbitos.
Es preciso implicar a todas las partes relacionadas con el proceso socializador, como catalizadores capaces de afrontar los retos actuales y los que están por venir, de cara a integrar las TIC de forma natural en el desarrollo del ser humano, como elemento imprescindible y parte del nuevo YO, convirtiéndose en un medio y no en un fin.
Pros y contras respecto a la socialización del individuo
Pros:
- Acceso a la información: Las TIC en general y las Redes Sociales en particular, facilitan tanto el contacto interpersonal como el acceso a la información, independientemente del tiempo y del lugar, fomentando la globalización y traspasando las fronteras físicas o políticas establecidas.
- Libertad de expresión: Otra de las ventajas fundamentales es la sensación de independencia y la posibilidad real de hablar y tratar cualquier tema con absoluta libertad, esta situación favorece el crecimiento personal del individuo y facilita una socialización mayor con sus iguales, así como el tránsito intercultural.
- Yo virtual: En muchos casos el acceso a las redes sociales y otros servicios como Chat y Foros, permite una escapatoria del mundo real, favoreciendo la aparición de un proceso paralelo de socialización, o simplemente asumiendo diferentes roles, totalmente diferentes del desempeñado en realidad.
Contras:
- Exceso de estimulación: La sobreabundancia de información y estímulos continuos presentes en Internet, pueden suponer que cuando se «desconecte» del medio, el individuo experimente cierto «síndrome de abstinencia», resulta lógico pensar en los efectos nocivos de esta situación sobreestimular sobre la mente y sobre el organismo de forma secundaria, la aparición de adicciones y patologías de tipo ansioso está muy relacionada con el abuso de las TIC.
- Pedagogía: Desde un punto de vista educativo, puede presentarse una falta de rendimiento, debido a que los materiales tradicionales resultan poco atractivos comparativamente, apareciendo la sombra del fracaso escolar y los problemas comportamentales.
- Presión social: El ser humano necesita vivir en sociedad y sentirse integrado con aquellos que le rodean, para lograrlo, debe aceptar la «etiqueta» del grupo al que desea adherirse. Con la aparición de las TIC y de la Web 2.0, refiriéndonos en este sentido a la influencia de las Redes sociales, en realidad, nada ha cambiado en realidad, simplemente la corriente social es más fuerte y obliga a pertenecer a un nuevo grupo de «personas conectadas» con inquietudes e intereses distintos, pero no debe perderse de vista que éstos pueden ser ficticios o interesados al igual que en el mundo real, siendo preciso filtrar la información e influencia que se recibe.
- Exclusión social: Hoy en día, sobre todo en el caso de individuos menores de 25 años la falta de disponibilidad de los medios adecuados para su inmersión en la corriente tecnológica tiene casi la misma importancia que el desconocimiento en temas de conversación comunes o incluso la falta de un sentido. Tal vez sea exagerado, pero para ponernos en situación es preciso imaginar como se sentirían y como se desenvolverían socialmente con sus amigos, compañeros de trabajo y familia si de repente se desconectaran de cualquier medio de comunicación, prensa escrita, radio, televisión, telefonía y por supuesto Internet.
Influencia en los movimientos sociales contemporáneos
Hasta el momento, en los distintos apartados se ha tratado la importancia del uso de las TIC sobre el individuo y la sociedad e incluso las repercusiones positivas y negativas de algunos de los servicios más extendidos en Internet, como es el caso de las Redes Sociales. Ahora ha llegado el momento de plantearnos la importancia y repercusión que estas últimas pueden llegar a tener sobre la población en general a la hora de provocar una respuesta social.
A nadie escapa el poder de los medios de comunicación sobre la población, tradicionalmente se los conoce, no sin razón, como el cuarto poder, bien, pues actualmente existe un poder aún mayor, no sometido a manipulaciones políticas, ni económicas o de cualquier otra índole, independiente de gobiernos, estados o naciones. Un poder que nace del propio individuo que clama por ser escuchado, Internet ha proporcionado ese soporte de expresión a toda la humanidad de forma global, ya no hay fronteras ni limitaciones.
Una idea, un sentimiento. La ira, la rabia o el amor, pueden hacerse un hueco y ser compartidas por millones de personas en pocos segundos, cada individuo si lo desea puede hacer de catalizador y repetidor de la información, en un segundo, con un solo clic de ratón o unas cuentas pulsaciones de teclado.
Esta posibilidad tomo especial relevancia a principios del pasado año, con el movimiento conocido como «Primavera Árabe» una revolución social, pidiendo un cambio político, mejoras sociales y mayor libertad para la población, oprimida durante años bajo el peso del poder de gobiernos dictatoriales.
La chispa se encendió en Túnez y enseguida se extendió por otros países del medio oriente, como Egipto, Argelia, Libia, Siria e incluso más recientemente Marruecos, es necesario tener en cuenta la situación social y las particularidades de cada país, pues aunque próximos geográficamente, existen gran des diferencias a nivel cultural y social. Aún así, podría calificarse de éxito, tanto por los logros obtenidos como por la repercusión social a nivel mundial conseguida.
Y todo ello, o al menos una gran parte es preciso agradecérselo al acceso a las TIC por parte de la población y al uso masivo de las Redes Sociales como vehículo de comunicación social, evitando de este modo el apagón informativo, la desinformación y el control de los medios de comunicación por parte de las autoridades.
Más adelante tuvo su eco en Occidente, la crisis que padece Europa desde hace casi tres años. El aumento del paro, la disminución de las prestaciones y la presión social, llegaron a un punto de ebullición en el que muchos jóvenes y en general gente de cualquier edad tomaron la calle para protestar por la situación. Algunos de los más graves disturbios se vivieron en Londres y más recientemente en Grecia, si bien en casi todos los países se ha sentido en mayor o menor medida.
En el caso español, tenemos como referente al Movimiento 15M o Democracia Real Ya, que recientemente han cumplido un año de existencia. Todos conocemos el papel que han jugado las redes sociales en la organización y promoción de estos movimientos y la réplica que han encontrado en los distintos medios tradicionales.
A partir de este momento, nos enfrentamos a un nuevo paradigma, una nueva forma de expresión global, hasta la fecha fuera de control, pero. ¿Por cuanto tiempo?…
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